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Minería y medio ambiente en el Perú, ¿polos opuestos?

Por: Rodrigo Carlos Lozada Zapana (@rodrigo_clz) y Rut Adela Colchao Perez (@rut_cp19)


“El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”. Esta es una frase muy conocida entre los peruanos y que nos hace pensar de forma inconsciente en los grandes recursos minerales que este país posee. Si bien su explotación ha sido fundamental en el impulso de la economía y gracias a ello se redujeron las brechas sociales en los últimos 30 años, la actividad minera aún no termina de desarrollarse con un enfoque de sostenibilidad, principalmente en su relación con la protección del medio ambiente y el cuidado de la salud humana, dos actores relevantes que la ley protege.


La minería como sinónimo de desarrollo económico


Es imposible no reconocer el impacto positivo que hasta ahora tiene la actividad minera en el ansiado camino del Perú hacia el desarrollo, ya que después del conflicto sociopolítico de los años 80, este ha sido el “caballito de batalla” del país en términos económicos. Ñiquen (2018), dice que los aportes de la minería en el país se reflejan en su contribución a las exportaciones, a la recaudación tributaria y también en la generación de empleo. Además, debido al gran potencial que tiene, la minería peruana ocupa lugares importantes en Latinoamérica y en el mundo, y contribuye al crecimiento del país al ser fuente importante de ingresos fiscales.


Muchas regiones se benefician de esta actividad extractiva con la transferencia del canon minero y la promoción de recursos para el desarrollo mediante el aporte directo de recursos (El peruano, 2018). A este respecto, entre 2012 y 2021, el sector minero aportó al país más de S/ 41 mil millones por concepto de canon y regalías (AngloAmerican, sf). Esto es fundamental para que los diferentes niveles de gobierno (nacional, regional y distrital) desarrollen proyectos clave para la población. Sin embargo, su efecto en el nivel de vida de las comunidades locales dependerá de la efectividad y de la calidad del gasto de esos recursos, así como la capacidad de los pobladores de aprovechar estrategias de desarrollo alternativo que serán condiciones que aseguren un impacto a nivel microeconómico de la minería.


Por otro lado, la extracción de materias primas se vincula con el desarrollo tecnológico y científico en el país. La alta competitividad ante el agotamiento de los recursos tiene que ver con poder incorporar cambios tecnológicos que permitan reducir costos de los procesos productivos; lo cual genera nuevas oportunidades para atraer la inversión extranjera. (Kuramoto & Glave, 2007). Por lo tanto, podemos afirmar que la minería es un sector clave de la economía del Perú (aporta 10% al producto bruto interno) y que sin él no es posible el desenvolvimiento de grandes proyectos que lleven al país al desarrollo. También se suma a las buenas políticas macroeconómicas aplicadas que mantiene estable la economía del Perú, a pesar de la constante crisis política que este país afronta.

Sin embargo, no todo son buenas noticias, puesto que, poniendo al margen el serio problema de corrupción, desde hace mucho tiempo el trato Estado-Empresa fue vertical y con un solo eje a la vista: ingreso de dinero. Omar Narrea (2018), reconoce que hay una carencia de liderazgo por parte del gobierno para que esta relación sea horizontal y la minería se desarrolle de forma sostenible hacia metas como la transformación de materias primas y la inclusión de los ODS en esta actividad. El objetivo de lo anterior es tomar en cuenta a todos los involucrados, entre ellos el medio ambiente y las personas que viven cerca de zonas mineras en explotación. A pesar de que ambos son derechos fundamentales expresados en el artículo 2° de la Constitución Política, hasta ahora han desempeñado papeles secundarios.

Es por ello que es un reto para la minería peruana consolidar los esfuerzos globales y generar nuevas ideas para incorporar los ODS en sus actividades y operaciones. Para que esto tenga éxito es necesario incluir una alianza sustancial y permanente entre los gobiernos, el sector privado, las comunidades y la sociedad civil. Los protagonistas son todos los ministerios competentes (minería, economía, desarrollo e inclusión social, cultura, medio ambiente, entre otros), como catalizadores de las políticas de minería con los planes nacionales de desarrollo, así como del establecimiento de una colaboración más sistemática con la industria y los gobiernos locales para incrementar las inversiones con un enfoque de sostenibilidad.

¿Y si nuestros ecosistemas hablaran? El medio ambiente es un protestante silencioso


Aunque el sector minero sigue siendo para el Perú un pilar importante para la economía y el trabajo, este se ha llevado a cabo desde una perspectiva más económica que de sostenibilidad. Como consecuencia de ello, hemos tenido que enfrentar problemas sociales, ambientales y de poca productividad.


Antes de dar mayor información, es necesario diferenciar los tipos de actividad minera que se practica en el Perú, estos son: ilegal, informal y formal. La minería ilegal se realiza sin cumplir con las leyes y regulaciones establecidas por el país; la minería informal se realiza sin cumplir con todos los requisitos legales, pero que tiene un cierto grado de formalidad y organización; y, por último, la minería formal se realiza conforme a ley. Sin embargo, a pesar de que este último esté más regulado, aún se tienen registros de que ha causado daños al medio ambiente y a la salud de las personas.


Sin duda los daños más visibles son causados por la minería ilegal, debido a que el objetivo de este tipo de actividad minera no toma en cuenta al medio ambiente en absoluto. De acuerdo a la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA, 2018), la actividad minera ilegal vierte de promedio unos 24 kilos de mercurio por kilómetro cuadrado y según “La amazonía saqueada” de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG, 2018), en el departamento de Madre de Dios se deforestaron 1.320 hectáreas entre 2017 y 2018.


Estos datos coinciden con lo que nos brinda el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, sf), el cual realiza un seguimiento de los avances del Perú con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), en donde se menciona que desde el año 2000 al año 2021, el área forestal respecto a la superficie total del país se ha reducido un 2.1%. Este porcentaje puede parecer poco, pero traducido a números es de aproximadamente 27 000 km2. Asimismo, entre otros datos proporcionados por el INEI, se tiene que en 5 años se han perdido algo más de 16 0000 km2 de bosques. Si bien no se menciona cuánta responsabilidad tiene la minería en todo esto, es innegable que este sector, en complicidad con la falta de liderazgo del gobierno, es jugador titular en este campo de juego.


De igual manera, la minería formal causa daños, aunque más silenciosos, al medio ambiente y a la salud de las personas; esto se refleja en las constantes denuncias de personas afectadas en su salud y en las modificaciones de los ecosistemas en las zonas altoandinas. Un ejemplo de ello, son los estudios realizados por la Asociación Civil Centro de Cultura Popular Labor, en Cerro de Pasco – Perú, sobre los cambios en la calidad ambiental y la presencia de metales pesados en las personas afectadas (LABOR, 2018 y 2020). Estos estudios indican que las empresas mineras, a pesar de ser formales, han modificado la calidad del agua, así como de los ecosistemas y que a las personas alrededor se les detectaron metales pesados dentro de su cuerpo como resultado de consumir agua contaminada. De esto se infiere que incluso al tener derecho a gozar de un ambiente saludable (expresado en nuestra carta magna) y que las normas peruanas dictan que las empresas mineras deben dejar en igual o mejores condiciones las áreas intervenidas, estos simplemente no se terminan de concretar.


La actividad minera en el Perú es primordial, no podemos continuar sin ella; pero hasta ahora ha actuado casi de espaldas al medio ambiente y pareciera que ambos elementos no pueden coexistir. Sin embargo, no tiene que ser así. Como se mencionó líneas arriba, es necesario que el estado tome el rol de líder para estrechar acuerdos más sólidos con el sector privado y buscar el avance de este sector con un enfoque de sostenibilidad, en lugar de un enfoque meramente económico. Es decir, dejar de ser solo exportadores de materias primas y tener un trato más horizontal con el medio ambiente a fin de dejar buenas condiciones de vida a las futuras generaciones.


Las empresas que trabajan en el rubro minero, deberían tener mayor compromiso en la consecución de los ODS, principalmente los objetivos 13, 14 y 15. Por lo tanto, desde nuestras tribunas, debemos exigir el cumplimiento de los estándares de calidad ambiental necesarios y lograr que los ODS sean parte del proceso de esta actividad. De esta manera, además de una buena economía con valor agregado y sostenible en el tiempo, también podremos gozar de espacios saludables, seguros y mejor calidad de vida.


Referencias Bibliográficas

AngloAmerican (sf). Minería, una actividad que aporta significativamente a la economía peruana.

Recuperado de: https://peru.angloamerican.com/moquegua/impulso-minero/mineria-una-actividad-que-aporta-significativamente-a-la-economia-peruana.aspx


DESCUBRE WWF (2021). Informe de la ONU revela que la actividad humana ha cambiado


El Peruano (2018). Aporte de la minería al PIB. Recuperado de:


INEI (sf). Perú: Sistema de monitoreo y seguimiento de los indicadores de los objetivos de

desarrollo sostenible. Recuperado de: https://ods.inei.gob.pe/ods/objetivos-de-desarrollo-sostenible


Kuramoto, J. & Glave, M. (2007). La minería peruana: lo que sabemos y lo que aún nos falta

saber. Lima, Perú: GRADE


La amazonía saqueada (2018). Estudio inédito apunta a la existencia de más de 2000 puntos y

200 áreas de minería ilegal en los ecosistemas selváticos de seis países amazónicos. Recuperado de: https://mineriailegal.amazoniasocioambiental.org/?lang=es


LABOR (2018). Estudios de poblaciones afectadas por metales pesados en Pasco. Recuperado de:


LABOR (2020). Condiciones de la calidad ambiental y exposición humana a metales pesados en

Cerro de Pasco. Recuperado de: https://laborpascoperu.org.pe/nuestros-libros/


Narrea, O. (2018). La minería como motor de desarrollo económico para el cumplimiento de

los Objetivos de Desarrollo Sostenible 8, 9, 12 y 17. Perú: Consorcio de Investigación Económica y Social-CIES


Organización del Tratado de Cooperación Amazónica [OTCA] & Proyecto gefamazonas (2018).

Análisis Diagnóstico Transfronterizo Regional de la Cuenca Amazónica. Brasil: OTCA


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